Al hilo del post anterior, pretendo quejarme ahora de algo que me ocurrió el pasado jueves en un conocido establecimiento tapero de Zaragoza.
Me gusta ir a sitios donde, además de poderme tomar una exquisita tapa, pueda degustar un buen vino. A veces un Somontano, a veces un Rioja, a veces un Ribera del Duero, etc.
Me acerqué a la barra, y me atendió una chica joven que con su saludo pude detectar que no era nacida en España. Bueno, no pasa nada. Le pedí dos copas de vino. Le dije algo asi: «ponme 2 copas de Rioja tinto, dime que marcas tienes» , se me quedó mirando como si le hubiese pedido un Cavernet Sauvignon del 64 en copa de cristal de Bohemia a una temperatura de 18º, y perfectamente oxigenado. Es decir que no me entendió. Se marcha y vuelve con una botella de un vino que era de Rioja, pero cosechero (del año). Le repetí que si no tenía ninguno mas (yo estaba viendo botellas de al menos 6 marcas distintas), pero me aseguró que no tenía mas. Y el caso es que creo que ella pensaba que era asi.
Posiblemente llevaba poco tiempo trabajando, y le habían enseñado que el vino era ese. Me pasó algo parecido con las tapas. Tuve que señalarle las 2 que quería que me sirviese, porque con los datos que yo le daba, no era capaz de saber a cual me refería (posiblemente las palabras champiñón, jamón, gamba y patata, no eran suficientemente descriptivas). Me las sirvió frías, y una que calentó, se perdió durante varios minutos por la cocina, hasta que volví a pedirla y con cara de susto, acudió en su busca.
Consiguió que me plantee seriamente volver a ese sitio. Y no estoy en contra de que empleen a personas no españolas, ni mucho menos, posiblemente esto hubiese pasado igual con alguien español no preparado suficientemente, pero la atención al cliente debe estar por encima de todo esto. A lo mejor el hostelero de turno se planteó que era mas económico recurrir a alguien con menos experiencia, pero en mi caso ha perdido un cliente.
Que nadie piense que estoy despotricando por no ser española, repito que eso es lo de menos, pero desde luego flaco favor se hizo el dueño al desdeñar este punto de conocimiento de cara a sus clientes. Lo siento, me gusta por lo menos una vez a la semana tomarme una rica tapa, con un buen caldo, pero entre que los bares regentados por chinos han sustituido las tapas por latas en conserva, y casos como éste, me hacen plantear que a lo mejor es mas sensato ser yo quien me las prepare en casa.
Es verdad lo que escribes, Gabriel. A mí me encanta la manzanilla, la de Sanlucar de Barrameda. Pues bien en algunos establecimientos de esta tierra, y por el norte, cuando pido me sirvan manzanilla te puedes imaginar qué me sirven: ésta pero de infusión.
Estoy contigo pero quizás el esfuerzo lo tienen que realizar los empresarios. Me refiero a formarlos o mandarlos a formarlos. Quizás desde alguna institución, como por ejemplo la Cámara de Comercio. Hacen tantos cursos que porqué no abundantes de cara a los inmigrantes.
Saludos y buen post
Claro que es cuestión de empresa. El problema es la ceguera del empresario que piensa que con contratar barato tiene asegurada mas ganancia.
Formación es la palabra.
En lo de las tapas en zgz/Aragón no hemos llegado aún a ese nivel de PV, Andalucía, Madrid, Pamplona… en el que con un vino o caña te ponen una ración, incluso de paella, el glorioso chiquiteo, llevamos un atraso incomparable, pero no lo queremos ver, aunque es evidente.