Sobre las grabaciones en los conciertos

Leo con sorpresa que en el reciente concierto de Diana Krall con su marido, Elvis Costello en Santiago de Compostela, la pianista pidió que se requisasen los móviles de parte del público para que borrasen las fotografías y videos que hubiesen podido grabar.

Y no termino de entenderlo.

En todos los conciertos, desde hace años, suele poner que está prohibido grabarlo. Y tal vez hasta hace unos años se podría entender, pero ahora no entiendo el daño que le pueden generar al artista. Aunque tenga el concierto contratado para una televisión, ¿que daño puede hacerle que una serie de espectadores graben parte del mismo para su propio uso, o incluso para subirlo a sitios como Youtube?, ¿Van a vender menos?, ¿le van a dejar de contratar para próximas giras?.

Ahora mismo cualquiera que lleve un móvil de gama media tiene la posibilidad de hacer fotos y videos de cualquier situación. La grabación suele ser de calidad media o baja por razones obvias. Nada comparable con lo que una cadena de televisión puede llegar a grabar.

Recientemente a un amigo le pasó lo siguiente:

Se puso a hacer unas fotos de un concierto, desde la parte mas alejada del escenario. Y la organización le envió a la Guardia Civil para que dejase de hacerlo. Él les enseñó dos cosas. La primera la escasa calidad de sus fotos, y segunda, la tremenda cantidad de personas que estaban haciendo lo mismo en todas las filas anteriores. La Guardia Civil al final reconoció que ellos no estaban para eso, que les había enviado la organización, y todo quedó en nada.

Otro caso, esta vez personal. Yo grabé varias canciones del concierto de Antony & the Johnsons en Zaragoza hace ahora dos años, y las subí a Youtube, al cabo de unos días, me llegó un correo de la discográfica pidiéndome con mucha educación, que podía dejar uno de ellos, pero que el resto de las grabaciones me pedían por favor que las eliminase de ese canal de compartir videos. Y les hice caso. Me parecieron educados y en ningún momento me pidieron que me deshiciese de esas grabaciones, cosa que ha ocurrido en el concierto de Krall y Costello.

Y por último, el pasado sábado estuve en el concierto de Costello, en primera fila, y grabé varias canciones. Dado el escenario de Sos, estaba a menos de 3 metros de Elvis, y estoy seguro (los videos lo demuestran), que él se dio cuenta de que estaba grabando algunas canciones. Y no pasó nada. Rectificación: Si que ha pasado. La productora de Elvis Costello se ha quejado, y he tenido que borrar todos menos uno.

Pero volviendo al tema. Los artistas deberían entender que no es dañino para ellos esas prácticas, mas bien al contrario. Conseguirán que mas gente llegue a verlos, a conocerlos, y a apreciarlos. Las tácticas de Diana Krall no me parecen las adecuadas.

Por cierto, también pude estar en uno de sus conciertos, y a pesar de que mucha gente grabamos su actuación, no dijo nada.

Elvis Costello en Luna Lunera. Un sueño hecho realidad

Reconozco que este era uno de esos conciertos que pensaba que jamás vería, tener al londinense Declan Patrick MacManus (conocido por Elvis Costello) cerca, tocando sus canciones de siempre para un puñado de gente, era un sueño. Pero Luna Lunera lo consiguió. Su exquisita programación, incluía este año a uno de los mejores compositores del siglo XX.

Elvis Costello ha pasado por tantas fases compositoras, que nunca se sabe con lo que te puede sorprender en directo. Lo que no cabe duda es que saldrá al escenario con ganas de pasarlo bien y de contentar al público con su estilo y su categoría. Por no hablar del control que demuestra delante del público, las posturas heredadas de sus años más juveniles, y la comunión con sus músicos. Y es que son muchos años y mucho bagaje recorriendo todo el mundo.

Pero el sábado era solamente propiedad de los afortunados espectadores que llenaron las 500 localidades del escenario de Luna Lunera. Y salió puntual (como buen británico), con traje, corbata y sombrero. Solo Bere Casillas podría haber mejorado su vestimenta. Y con una banda compuesta solamente de cuerdas y acordeón (The Sugarcanes), la percusión se la debieron dejar en otro lugar. Violín, mandolina, guitarras y acordeón. Solo eso, bueno, solo eso y la categoría de un compositor que lleva desde los 70 sacando discos de calidad, sin importarle las modas. Da lo mismo que lo que se haga sea punk, new-wave o country. Costello tiene suficiente poder compositor para acertar con sus canciones.

Cuando salió al escenario de Sos, atacó con “Mystery Train” de su tocayo Presley, siguió con “Blame it on Cain” de su último disco, el más country de su carrera, y continuó con “New Amsterdam” de Get Happy…. Vamos, que quería dejar claro que iba a tocar temas tan variados como prolija y variada ha sido su discografía.

Es cierto que se apoyó mucho en versiones acústicas, con la banda que llevaba no daba para versiones demasiado eléctricas (solo cogió una vez una guitarra eléctrica, de cuatro cuerdas, eso si), pero el resultado era sencillamente genial. Porque teniendo calidad y ganas de pasárselo bien, lo demás viene rodado.

Y fueron cayendo temas clásicos como “Red Shoes”, “Every day i write the book” o “I want you” mezclados con los de su último disco “Secret, Profane, and sugarcane”. Para entonces ya nadie se daba cuenta que no hubiese percusión.

En el primer bis llegó uno de los momentos más íntimos, con una versión casi irreconocible pero muy preciosista de “She”, el éxito de la película “Notting Hill”, y con la gente ya de pie, solicitando que aquello no acabase, llegó “Alison” y “Happy” y el final, el saludo, la despedida y la sensación de que había pasado por Sos el eterno miope, el ser pegado a unas gafas negras de pasta, el compositor prolífico que lleva 40 años creando piezas clásicas sin importarle modas y modismos. Y la única pena fue la ausencia de “Verónica”, su canción mas perfecta, los tres minutos más pop que ha creado jamás… y no fue por no insistir…

Previamente el aragonés Bigott, había dejado su sello de calidad en el mismo escenario. Difícil definir la música que practica. A ratos suena a Lou Reed, o a Cohen, o incluso a Joaquin Carbonell. No se parece a nada, pero se parece a muchos. Lo que parece claro es que es feliz haciendo lo que le da la real gana, que no intenta sonar a nada en particular, y que lleva una banda muy buena, acorde con el surrealismo de sus canciones. Solo le faltó la luna sobre el escenario, la invitó, pero no tuvo la deferencia de acercarse más.

Y así acabó la primera semana del festival Luna lunera en SOS. Pero queda más mucho más…