Ironia sobre la pirateria en internet (Carta de una persona preocupada por la piratería de automóvil)

Me llega por correo, gracias Alberto, esta carta:

Muy Sr. mío:

Le escribo preocupado por una noticia de la que he tenido conocimiento recientemente y que entiendo puede causar graves perjuicios a todo el sector del automóvil.

No sé si usted sabe de la existencia de ciertas páginas webs (como www.viajamosjuntos.com) en las que los usuarios de las mismas manifiestan los trayectos y horarios que realizan habitualmente en coche para sus transportes diarios y se ofrecen para compartir su automóvil con otras personas de su ciudad que hagan el mismo o semejante trayecto. De este modo se consigue un importante ahorro en gasolina y en el futuro es posible que descienda la propia producción de automóviles. Considero que esta práctica puede hacer que se resienta todo el sector empresarial en el que usted participa.

Ya sé que siempre se ha compartido coche y que es una práctica ya habitual desde hace años, pero no hay que olvidar que en otros tiempos esa costumbre se reducía a ámbitos estrictamente privados que no iban más allá de familiares y amigos. La llegada de Internet hace que esa práctica se extienda de tal modo que son ahora miles de personas en todo el mundo las que, con la única y avariciosa idea de ahorrarse unos céntimos, comparten su coche con completos desconocidos. Ni que decir tiene que en el futuro la situación será aún más sangrante.

Todos sabemos los perjuicios que las nuevas tecnologías, y en especial Internet, han tenido sobre la música. Si la industria del automóvil no reacciona con rapidez es posible que la crisis se adueñe también de este próspero sector.

Para intentar hacer frente a esta preocupante situación le propongo las siguientes medidas:

– La industria del automóvil así como la de carburantes debe iniciar campañas de presión encaminadas a lograr reformas legislativas que prohíban este tipo de prácticas. No sólo las páginas webs que permiten poner en contacto a los que comparten coche deben estar perseguidas judicialmente, sino que habría que hacer lo propio con los usuarios de las mismas.

Se deben incrementar los controles en las carreteras para comprobar, en los casos de que los coches vayan ocupados por más de una persona, el grado de parentesco que existe entre las mismas para evitar posibles fraudes. Ni que decir tiene que muchos pasajeros intentarán fingir algún tipo de relación para evitar las elevadas multas que se les impondrían en caso contrario, pero pueden arbitrarse sistemas para destapar la pantomima. Quizás usted recuerde aquel famoso programa de televisión presentado por el malogrado Jesús Puente titulado «Su media naranja» y en el que, mediante preguntas íntimas, se comprobaba hasta qué punto se conocía un matrimonio. Entiendo que algo parecido, llevado a cabo por especialistas entrenados al efecto, podría ser absolutamente válido para investigar estos actos ilícitos.

En aquellos casos en los que concurra ánimo de lucro en la conducta podría preverse incluso la pena de prisión. No hay que olvidar que el ánimo de lucro no debe interpretarse solamente como el hecho de que el conductor y propietario del vehículo reciba una determinada cantidad sino también como el ahorro producido por compartir con el acompañante los gastos de gasolina. Reiterada doctrina del Tribunal Supremo interpreta el lucro de forma expansiva. Por lo tanto los servicios jurídicos de su empresa pueden difundir la tesis de que el Supremo entiende que compartir los gastos de gasolina con un acompañante es entendido como un lucro para el conductor y para el propio acompañante derivado del ahorro mutuo que consiguen al repartir los gastos. Sin duda esto causará revuelo, puesto que se tratará como a criminales a miles de personas. Incluso es posible que muchos abogados de su empresa se nieguen a difundir este tipo de campañas de criminalización. Si es así, puede contar con mi incondicional ayuda para ese menester. Mi conciencia dejó de ser un obstáculo el día que decidí tener dinero a tener escrúpulos.

– Evidentemente, no somos monstruos. No nos oponemos a que dos amigos vayan juntos en el coche. La mayoría de nosotros lo ha hecho alguna vez en nuestros alocados tiempos mozos. Sin embargo, ninguna actividad, por cotidiana que pueda ser, justifica la pérdida de ingresos en sectores empresariales tan importantes como el nuestro. Por ello, considero que sería una medida adecuada imponer un canon a los carburantes que remunere a gasolineras y productoras de automóviles por las presuntas pérdidas que conlleva tal actividad. Es cierto que muchos conductores que no vayan habitualmente acompañados pueden verse afectados por esta medida y alegar que no es de recibo que paguen por aquello que no hacen. Sin embargo, entiendo que, en términos económicos, este descontento de nuestros clientes nos sigue dejando un saldo positivo, por lo que no merece la pena tomarlo en consideración.

Otro problema son los transportes públicos. Incalculables son las pérdidas que originan los mismos en nuestro sector. Como, por el momento, no podemos prohibirlos (qué duda cabe de que sería lo deseable), sería una buena medida imponer también un canon a autobuses y taxis. Para evitar revuelos, nuestros representantes, los gobernantes, deberían decir que el dinero de ese canon no provendrá en ningún caso del bolsillo de los ciudadanos sino de las arcas del Estado. Es evidente que el hecho de que el Estado pague ese canon y que lo paguen los ciudadanos es exactamente la misma cosa, pero muchos no caerán en la cuenta. Por ejemplo, según los últimos estudios los Internautas creen que el dinero del Estado lo pone Bill Gates.

– Es absolutamente prioritario lanzar campañas destinadas a la concienciación del público.

Es un hecho que la sociedad española, que tanto simpatiza con la picaresca como demuestran las películas de Tony Leblanc, no ve con malos ojos las prácticas de piratería de automóvil (considero que es conveniente empezar a utilizar este tipo de denominaciones contundentes).

Creo que es fundamental que utilicen su poder de influencia en los medios de comunicación y su poder económico (valga la redundancia) para empezar a dirigir campañas de sensibilización ciudadana. Los españoles deben hacer suyos los problemas de los empresarios del automóvil. Sinceramente creo que algunos ciudadanos están demasiado ensimismados con sus problemas laborales y de acceso a la vivienda. ¿Es que los problemas de nosotros, los empresarios, no merecen ni un segundo de su tiempo? La verdad, responder que no a esa pregunta me parece una actitud tremendamente egoísta.

Una buena idea es incluir en programas de máxima audiencia determinadas consignas que promuevan nuestras posturas o anuncios que conciencien del delito que supone la piratería de automóvil. Una buena idea es que en programas como Operación Triunfo inviten a personas como Fernando Alonso para que hablen brevemente del riesgo que corre la Fórmula 1. Quizás Mercedes Milá, aficionada como sabemos a las motos, pueda hacer algún documental que desgrane la problemática de la piratería de automóvil encontrando relación entre el hecho de compartir un coche y la trata de blancas. No se sorprenda, si se quiere, las conexiones salen.

Sé que mis propuestas le pueden parecer una locura, pero lo mismo le decían a las discográficas y ahí las tiene. ¿Acaso las discográficas merecen más protección que nosotros? ¿De verdad un disco de Coyote Dax es más importante para nuestros gobernantes que un precioso y exclusivo Ferrari? Como empresario del sector del automóvil les pido que lo piensen detenidamente. No sólo está en peligro el trabajo de cientos de personas honradas, sino también el mío.

Ironía no le falta

Reflexiones domingueras

Por partida doble se habla este domingo en el Heraldo de Aragón de los blogs.

Por un lado Sergio del Molino, desgrana la jornada del pasado jueves en un artículo que se puede leer en este enlace (heraldo230907.jpg ).

Por otro lado en el suplemento salmón, Oscar F. Lobera, en la columna empresarial comenta las nuevas tendencias de la web 2.0 y su implicación en el tejido empresarial.

¿Será que empezamos a pensar en ese sentido?.

Sin embargo, que ironía, Heraldo no tiene disponible en su web los enlaces a estos artículos.