En Asociación de Internautas, comentan el caso de muchas ciudades de EEUU, que poco a poco se están lanzando a ofrecer Wifi, pero que se encuentran con la oposición de las compañías telefónicas que han invertido en infraestructuras para que el cableado siga siendo el rey.
Como tantas otras veces, se pretende atacar por el lado menos popular y con menos posibilidad de acierto. Parar las redes inalámbricas es complicado. Desde casi cualquier punto de las grandes ciudades se puede usar una red wireless, con o sin permiso. Ir contra esto es pretender poner puertas al campo.
Las empresas de telefonía deberán darse cuenta que la mejor manera de no perder negocio es ofrecer servicios añadidos que puedan convivir con lo que ahora se está demandando: libertad.
¿Aprenderán?