Publican en Hispasec un artículo que a su vez es reflejo de un estudio que han elaborado en la universidad de Harvard y Berkeley sobre los hábitos de varios internautas ante correos procedentes de bancos , y otros falsos.
La conclusión es que La gente no sabe distinguir una web real, de una falsa, por muchos avisos que les muestre el navegador, les basta que la página visitada tenga aspecto «profesional».
Uno de los usuarios pensaba que el hecho de que apareciese un candado en el navegador indicaba que la página no podía leer contraseñas o incrustar cookies. Las alertas en forma de ventanas emergentes fueron cerradas por la mitad de los usuarios sin ser leídas. El 23% usaban sólo el contenido de la página para evaluar su autenticidad, ningún elemento del navegador que no fuera la propia página mostrada les resultaba útil o comprensible.
Ante esto solo se me ocurre que hay que educar a la gente, para que de un buen uso de estas páginas. Desde hace varias semanas vengo recopilando correos que me llegan con claras intenciones de engañarme, si sirven para que alguno no pique mejor, pero hay que enseñar a distinguir. Hay mucho en juego