De acuerdo con las estadísticas oficiales, en el 2006 España sobrepasó a Italia en PIB per cápita medido, como debe ser, de acuerdo con la paridad del poder adquisitvo. Admás España se convierte en la octava potencia económica mundial en términos absolutos. Es el momento de entrar en el clubo G-8. No ganamos la segunda guerra mundial, no somos una potencia nuclear; pero somos ricos y podemos alojar, si hacemos bien nuestro trabajo, la más moderna gran instalación ciéntifica paneuropoea. La oportunidad para todo esto durará poco en un capitalismo fluido como el que ya está aquí.