Con el paso del tiempo, las tuberías tienden a acumular residuos y a atorarse. Esta circunstancia puede agravarse si las tuberías no están bien instaladas, algo que pasa a veces en las casas de nueva construcción. Sin embargo, los profesionales nos encontramos con que la gran mayoría de veces que acudimos a realizar un desatasco este podría haberse evitado si sus usuarios hubiesen tomado algunas precauciones con su red de aguas. No se trata además de grandes acciones que le vayan a suponer un importante gasto de tiempo y dinero, más bien al contrario, pero sí pueden ahorrárselo a la larga.
Uno de los puntos más problemáticos de la casa es el baño. Tanto en la bañera como en la ducha hay que poner especial cuidado en los desagües ya que los cabellos, si no se van quitando, pueden acumularse y hacer un tapón. Y también con el retrete. El problema del inodoro es que se utiliza para una función para la que no está diseñado: la de papelera. Tirar productos de higiene íntima, pañales, colillas o rollos de papel es garantía casi segura de que se acabe atorando. Además, mal utilizado supone un mayor gasto de agua para su hogar.
Otro de los desagües a tener en cuenta es el de la cocina. Todavía son muchos los que no se preocupan de tirar las grasas y aceites a un punto limpio y los tiran por las tuberías ¿El resultado? Un atasco, ya que estas sustancias se adhieren a las paredes de la red de fontanería formando una película que agarra a otros restos y se acaba formando un tapón.
Un truco para asegurar la salud de nuestras tuberías es preparar una mezcla con dos cucharadas de sal y otras dos de sosa y verterlas por el desagüe, esperar unos veinte minutos y aclarar con dos litros de agua caliente.
Con los años de oficio hemos visto muchos tipos de problemas de fontanería. Algunos de ellos son inevitables ya que se deben a problemas estructurales de la construcción de la vivienda, pero la gran mayoría no. Casi todos los atascos con los que nos encontramos podrían haberse evitando siguiendo unas sencillas directrices que no son más que cambios en hábitos que apenas tomarían tiempo en el usuario. La gran mayoría de las veces se deben al desconocimiento y por ello creemos que es importante la divulgación. No solo porque se pueden evitar problemas de fontanería, también porque pueden evitar conductas dañinas con el medio ambiente.
Una de las más comunes es arrojar aceites y grasas por las tuberías. Lo correcto sería llevarlas a un punto limpio ya que, aparte de contaminar, cuando las arrojamos por un desagüe forman una película adhesiva que atrapa partículas de deshechos hasta formar atascos.
Otro de los puntos conflictivos es el baño. La bañera y la ducha son especialmente sensibles a que se formen tapones en ellas por culpa de los cabellos que se caen a sus usuarios. Preocuparse de retirarlos puede ahorrarnos más de un atasco en los desagües. Y también hay que tener cuidado con el retrete. En muchos hogares este se sigue usando a modo de papelera, lo que es un error ya que no solo supone un gasto mayor en la factura del agua, también es casi seguro que acabará por atrancarse. Hay que tirar los productos de higiene íntima, los rollos de papel, las colillas y los pañales a la basura si queremos ahorrarnos molestias y disgustos.
No hay que olvidar tampoco las redes de canalización exteriores. Las ramas, raíces y plantas pueden dificultar gravemente el trabajo de las tuberías exteriores y hacer que se atasquen. Es importante comprobar que están en buen estado y sobre todo limpiarlas antes de las estaciones más lluviosas.