Parece que la gente no aprende.
Gastarse esa cantidad de dinero en algo asi, es como poner un cartel bien grande que diga:
«A VER QUIEN TIENE C…. DE ROMPERLO».
Han bastado 30 minutos y un chaval de 16 años con ganas y conocimientos, para tirar por la borda una cantidad de dinero que da para muchas cosas.
Lo cuentan en Kriptópolis, la fuente original, y Mariano también