Esta anécdota me pasó hace unos años. Mensualmente tenía que enviar unas cartas en las que adjuntaba unas novedades de un programa con respecto al mes anterior. En las cartas venía también el nombre y apellidos de la persona a la que iba dirigida la carta (era un documento con tantas páginas como destinatarios).Para hacerlo mas rápido sustituía el nombre del mes con la utilidad que llevaba el procesador de textos y le decía por ejemplo «sustituir mayo por junio», al mes siguiente «sustituir junio por julio» y asi sucesivamente.
Sin embargo se me olvidó marcar la casilla «solo palabras completas» y ocurrió algo muy curioso. Había un destinatario que se apellidaba Tamayo, y lo que ocurrió es que desde junio las cartas le llegaban asi:
«Estimado señor Tajunio», «Estimado señor Tajulio», «Estimado señor Taagosto», etc.
Me di cuenta en Octubre…
Al poco tiempo tuve oportunidad de conocerlo personalmente, y cuando se presentó me dijo «Este mes me llamo Tanoviembre», nos reimos los dos, le pedí disculpas. Afortunadamente no se lo tomó mal, y entendió el problema.
Desde entonces me fijo mas en esos detalles