Si cogemos el ritmo de Tom Waits, su textura musical, sus sonidos algo rudos con acordeones, guitarras, bajos, y la voz de Bjork, el resultado será muy cercano a la música de Wendy McNeill, que el viernes cantó ante un escaso público en La Casa del Loco. Había oido su disco “Dreamers Guide to Hardcore Living”, como una mezcla del nuevo folk y algo de cabaret, y así sonó en Zaragoza.
Acompañada solo de un contrabajista, nos deleitó con una decena de canciones que nos arrastraron por senderos de realismo mágico. Una banda sonora para cualquier película de Tim Burton.
Y posteriormete salieron al escenario Boat Beam, un trio formado por una española, una australiana y una americana. Y aunque suena a chiste la música que tocan no lo es. Se les podría catalogar como musas del
nuevo pop español. Un pop algo triste, denso y descolocado. Su canción mas conocida “The rain Pauly” es una joyita que podría pasar a ser una perla largamente recordada. Sin embargo el resto de canciones y su
escasa conexión con el público, no consiguieron que hubiese el suficiente climax para recordar el concierto como algo mágico. La magia se la debió llevar Wendy Mcneill con sus cuentos oscuros y su acordeón.
El disco de debut de Boat Beam se llama “Puzzle shapes” y esa es la sensación que transmitieron, pequeñas piezas de un puzzle que todavía no ha terminado de encajar. Pero que si lo consiguen, se harán un
hueco dentro de ese pop que tanto está de moda.
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