Me ha parecido coherente contestarle por correo para indicarle algunos de mis puntos de vista al respecto, y le he mandado un mail con el siguiente contenido. Dudo mucho que pueda responderme al correo, pero al menos quiero dejar constancia de mi respuesta por si se da al debate:
Estimado señor Marías:
Vaya por delante mi más ferviente admiración. Me considero un buen lector desde que tenía 12 años (y ya voy por los 50), y suelo llegar a leer unos 50 títulos al año. Sus libros están entre mis favoritos de los últimos años, pues a decir verdad le descubrí algo tarde, pero considero, por ejemplo que la trilogía «Tu rostro, mañana» está a la altura de «Cien años de soledad» , «Conversación en la catedral» o «El evangelio según Jesucristo«.
Una vez presentado, me gustaría comentar algunos puntos de su artículo publicado en el País el pasado 22 de diciembre sobre el uso y abuso de los libros en «ebook» en España.
Estoy de acuerdo en que es una miseria lo que les llega a ustedes, los autores de cada libro que se vende. No me parece honesto que sea solo un 10% de las ventas. Entiendo que el coste del papel, de la edición, de la distribución, presentación, promoción, etc, suponga un buen pellizco, pero sigue siendo abismal la cantidad de dinero que se queda por el camino, desde que un comprador abona los 20 euros hasta que a ustedes solo le llegan 2. Entiendo que será un proceso pactado y muy calculado, pero no deja de ser algo que siempre me ha parecido abusivo.
Lo que ya no entiendo tanto es que ese porcentaje se mantenga en la versión electrónica, en la que muchos de esos factores ya no tienen cabida (distribución y materia prima principalmente). ¿No cree usted que eso está mal calculado?.
¿Cual es la diferencia de costes de vender un solo fichero con el contenido íntegro del libro, a vender 10.000?. Desde luego no es proporcional. Ahí puede haber una pista para entender algunos comportamientos.
No quiero que entienda que yo defiendo que se bajen indiscriminadamente los libros electrónicos, ni mucho menos. Lo que trato de decir es que es un producto caro comparado con los costes y eso se percibe. Yo tengo un ebook que me regalaron hace un par de años, y me he comprado libros en formato digital (y también alguno lo he bajado gratis), al final la experiencia me ha demostrado que sigo queriendo más el papel, seré un romántico. Pero entiendo que va a ser el formato del futuro y por lo tanto deberemos cuidar a los potenciales lectores y usuarios de ese producto. Y creo que salvo en contadas ocasiones, no se hace.
La compra de un libro nuevo en formato papel ronda los 20 euros, como usted bien dice. Hoy en día, con «la que está cayendo» no es compatible comprarse varios libros al mes con esos precios, quedan dos opciones: esperarse a la versión de bolsillo que reducirá el precio en un 50% o acudir al formato digital. Si en este segundo punto el precio es de aproximadamente 9 euros, la percepción de que es caro permanece, porque se intuye que pagar ese importe por algo que no es tangible es elevado. Pasó hace unos años con la música, se cometieron los mismos errores (y se siguen cometiendo), y la industria musical sufrió un duro golpe. Afortunadamente han salido novedades al mercado que están corrigiendo parte de esos errores (Itunes, spotify).
Yo, que dedico aún más tiempo a la música que a la lectura, he conocido los tiempos del vinilo, del casette, de los cd´s, de los mp3 y ahora de la música online, y he seguido comprando música, pero ahora valoro servicios que me permiten escucharla por un módico precio, y si el disco me gusta, al final lo compraré. Con los libros, aventuro que puede pasar lo mismo. Si se comete el error de poner precios abusivos (insisto que me estoy refiriendo a la versión digital de los mismos), se estará fomentando la piratería. ¿No sería más lógico que una versión para ebook de un libro fuese más económica para que se hiciese más popular?. Me llama mucho la atención que en Amazon sean los libros más populares aquellos que son gratuitos, y dudo mucho que el perfil del lector de ebooks se nutra de Virgilio, Goethe, Cervantes o Shakespeare (aunque nos iría muy bien si así fuese). Y de ese precio, podría aumentarse la parte que el autor recibiese, puesto que es el que más se la merece.
Los consumidores no tenemos armas para cambiar eso, solo mostramos nuestro comportamiento. Y hay que entender que el hecho de piratear contenidos no significa que seamos delincuentes (aunque alguno hay), más bien que no nos convence la situación actual. Pero a lo mejor desde los propios autores si que se puede apelar a cambiar esa dinámica y llegar a más gente con un precio más cercano a la realidad. A mi me resulta muy difícil valorar su gran trabajo como escritor (y el de muchos otros), porque me ha regalado momentos exquisitos, pero si seguimos por caminos tan lejanos llegará un momento que esto se rompa y eso sería una gran pérdida.