He hablado en varias ocasiones de las desconfianza de las empresas para estar en las redes sociales. No todas las empresas tienen que estar porque sí, si lo están debe ser porque les conviene, pueden hacerlo bien y sus clientes están ahí, tienen capacidad para gestionarlas, y un largo etcétera. Pero el caso que quería contar es el de una empresa con la que empecé a trabajar hace unas semanas y que supuso un nuevo «giro de tuerca» en las excusas para no estar.
Es un tipo de empresa con un producto muy peculiar, de esos que solo necesitaremos una vez o dos en la vida, es un producto caro (comparado con lo que se suele vender online) y que no es fácil que se venda por internet (para el que no lo haya pillado aún, digamos que tiene que ver con el mercado inmobiliario). Llevan un tiempo trabajando un blog, y ahora surgía la posibilidad de hacer alguna campaña por Facebook o Adwords para mayor reconocimiento de la marca y difusión de sus productos para la campaña veraniega.
Y una vez explicado como funcionan estas herramientas, surgió la gran pregunta:
-¿Y quien me asegura que si Facebook dice que mi anuncio lo han «clicado» mil personas, es verdad?
La respuesta me pareció obvia:
-Tienes que tener tus propias herramientas de análisis las que te confirmen que ha habido esas visitas en ese fragmento de tiempo, por ejemplo Analytics.
-¿Y si Google y Facebook están aliados para engañar y simular esas visitas?-
-…
¿Qué decir ante esta duda?, ¿merece la pena meterse en ese jardín?. No creo que encuentre argumentos para rebatir esa desconfianza. Y aún así lo intenté comparándolo con otros medios y otras mediciones (EGM y la prensa, radio, TV)
Ya no es solo que se dude de las estrategias, es que ahora desconfiamos de cualquier cosa con tal de no meternos en un terreno que desconocemos. Estamos aún muy lejos de llegar al momento perfecto. Supongo que lo mismo pasaría hace 50 años con la televisión, o hace 100 con la radio… así que tocará esperar.
