Atracción por centro de gravedad en Twitter

Me manda Alejandro Rivero ésta interesante gráfica sobre usuarios de Twitter en Zaragoza y sus nodos de conexión.

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Según el mismo me explica:

Las graficas estan hechas con la utilidad «gephi»,
que es un programa de java, y la organizacion es usando los algoritmos
de «atraccion por fuerza de gravedad» que vienen en ese programa. Los
colores corresponden tambien al «analisis de modularidad» y los
tamaños a parametros como «pagerank» o «centralidad», segun resultara
mas conveniente.

Los nodos son la combinacion de una busqueda con geoposicion entre el
12 y el 17 de julio y la lista de zaragozanos preparada por el usuario
biel, sumando entre las dos 2050 usuarios (en las graficas hay algunos
menos porque no se pintan los que tienen un unico «following»)

En este grafico concreto el algoritmo es “por gravedad distribuida en los enlaces”, de manera que las fuentes de datos tienden a situarse por fuera.

Elvis Costello en Luna Lunera. Un sueño hecho realidad

Reconozco que este era uno de esos conciertos que pensaba que jamás vería, tener al londinense Declan Patrick MacManus (conocido por Elvis Costello) cerca, tocando sus canciones de siempre para un puñado de gente, era un sueño. Pero Luna Lunera lo consiguió. Su exquisita programación, incluía este año a uno de los mejores compositores del siglo XX.

Elvis Costello ha pasado por tantas fases compositoras, que nunca se sabe con lo que te puede sorprender en directo. Lo que no cabe duda es que saldrá al escenario con ganas de pasarlo bien y de contentar al público con su estilo y su categoría. Por no hablar del control que demuestra delante del público, las posturas heredadas de sus años más juveniles, y la comunión con sus músicos. Y es que son muchos años y mucho bagaje recorriendo todo el mundo.

Pero el sábado era solamente propiedad de los afortunados espectadores que llenaron las 500 localidades del escenario de Luna Lunera. Y salió puntual (como buen británico), con traje, corbata y sombrero. Solo Bere Casillas podría haber mejorado su vestimenta. Y con una banda compuesta solamente de cuerdas y acordeón (The Sugarcanes), la percusión se la debieron dejar en otro lugar. Violín, mandolina, guitarras y acordeón. Solo eso, bueno, solo eso y la categoría de un compositor que lleva desde los 70 sacando discos de calidad, sin importarle las modas. Da lo mismo que lo que se haga sea punk, new-wave o country. Costello tiene suficiente poder compositor para acertar con sus canciones.

Cuando salió al escenario de Sos, atacó con “Mystery Train” de su tocayo Presley, siguió con “Blame it on Cain” de su último disco, el más country de su carrera, y continuó con “New Amsterdam” de Get Happy…. Vamos, que quería dejar claro que iba a tocar temas tan variados como prolija y variada ha sido su discografía.

Es cierto que se apoyó mucho en versiones acústicas, con la banda que llevaba no daba para versiones demasiado eléctricas (solo cogió una vez una guitarra eléctrica, de cuatro cuerdas, eso si), pero el resultado era sencillamente genial. Porque teniendo calidad y ganas de pasárselo bien, lo demás viene rodado.

Y fueron cayendo temas clásicos como “Red Shoes”, “Every day i write the book” o “I want you” mezclados con los de su último disco “Secret, Profane, and sugarcane”. Para entonces ya nadie se daba cuenta que no hubiese percusión.

En el primer bis llegó uno de los momentos más íntimos, con una versión casi irreconocible pero muy preciosista de “She”, el éxito de la película “Notting Hill”, y con la gente ya de pie, solicitando que aquello no acabase, llegó “Alison” y “Happy” y el final, el saludo, la despedida y la sensación de que había pasado por Sos el eterno miope, el ser pegado a unas gafas negras de pasta, el compositor prolífico que lleva 40 años creando piezas clásicas sin importarle modas y modismos. Y la única pena fue la ausencia de “Verónica”, su canción mas perfecta, los tres minutos más pop que ha creado jamás… y no fue por no insistir…

Previamente el aragonés Bigott, había dejado su sello de calidad en el mismo escenario. Difícil definir la música que practica. A ratos suena a Lou Reed, o a Cohen, o incluso a Joaquin Carbonell. No se parece a nada, pero se parece a muchos. Lo que parece claro es que es feliz haciendo lo que le da la real gana, que no intenta sonar a nada en particular, y que lleva una banda muy buena, acorde con el surrealismo de sus canciones. Solo le faltó la luna sobre el escenario, la invitó, pero no tuvo la deferencia de acercarse más.

Y así acabó la primera semana del festival Luna lunera en SOS. Pero queda más mucho más…

Pinups y a capelas en la primera noche Luna Lunera

Los concierto musicales son efímeros. Salvo que el concierto sea un espectáculo brutal, que ocurra algo inusual, o que la comunión entre público y artistas sea perfecta, pasará por nuestra memoria como algo rutinario, que con el tiempo se debilita el recuerdo, y supone un escueto momento. Dicho esto, y para comentar el concierto de Imelda May y Eli Paperboy Reed en el Festival Luna Lunera, voy a empezar por el final.

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Eli Paperboy acabó su concierto, cantando tres canciones a pleno pulmón, sin micrófonos y con la banda sin apenas poder usar los altavoces. Un problema técnico al final del primer bis, hizo que tuviera que reinventar el repertorio. Para entonces ya habíamos tenido tiempo de saborear las nuevas canciones del Bostoniano, y de reconocer y bailar las del disco que le ha catapultado a las primeras posiciones, y que le ha servido para llevarse el honor de ser el nuevo baluarte del soul blanco.

Impecable desde su vestimenta, a su manera de tocar con la banda The True Lovers, repasó con esa mezcla de sonidos entre Otis Redding y James Brown. No llegará tan lejos como el padrino del soul, posiblemente le falte carisma para eso, pero el soul tiene, de momento, a un defensor y a un intérprete que puede seguir llenando de ritmo las salas por las que pase. Reconoció, al igual que Imelda May, que el lugar donde estaba tocando era uno de los mas bonitos que había conocido y llevó al éxtasis a los espectadores.

El regalo de su interpretación “a capela” sirvió para demostrar que talento y voz tiene.

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Previamente habíamos tenido en el escenario a la irlandesa Imelda May, pura energía. Hizo un repertorio muy variado, desde rockabillys rabiosos, a blues, pasando por piezas jazzeras. Una mezcla también de recuerdos sonoros. Parecía que Billie Holiday se reencarnase a veces con una voz mucho mas desgarrada. Una Wanda Jackson del siglo XXI de la que tiene mucho. Mucho sentimiento rockero y mucho desparpajo de la novata casi recién llegada.

Se divirtió con el público, hizo cantar, corear, y patear. Ataviada como una estrella Pinup de las viejas estampas de los 50 devoró el escenario desde los primeros compases. Se sintió cómoda y lo demostró. Con solo un álbum en el mercado, aunque preparando el segundo, ya tiene un excelente repertorio para llevar por cualquier lugar que pase y demostrar que la nueva voz del llamado “Jazz-a-billy” tiene cuerda para rato.

Y con este plantel de momentos, recuerdos y sobre todo, sonidos y talentos, no es raro pensar que el primer concierto del Luna Lunera en Sos en este 2010, ha dejado el listón muy alto. Veremos si el resto están a la altura, me conformaría con que estuviesen cercanos a las sensaciones producidas por estos dos “monstruos” del panorama actual.

Discos que me gustaron esta semana (23 Julio 2010)

Brett Dennen - Hope for the hopeless

Brett Dennen – Hope for the hopeless (Enlace a Spotify)

The Pernice Brothers - goodbye, killer

The Pernice Brothers – goodbye, killer (Enlace a Spotify)

The Black Keys - Brothers

The Black Keys – Brothers (Enlace a Spotify)

Hover Zoom, extensión para Google Chrome que aumenta el tamaño de las imágenes pasando el ratón por encima

Descubro de casualidad esta extensión de Google Chrome (Hover Zoom) que permite aumentar el tamaño de las imágenes con solo poner el ratón por encima.

De momento solo funciona con Flickr, Picasa, Wikipedia, Google, Bing, Yahoo, Facebook y devianART.

Cuando una página es visible con este zoom, aparece una lupa en la parte derecha de la barra de navegación:

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A partir de ese momento al pasar el ratón por encima de una imagen se ampliará automáticamente.

Ben Harper incendió la noche

Ben Harper
Ben Harper se inmoló ayer en Zaragoza. Porque lo que hizo en el anfiteatro de Ranillas fue algo más que un concierto de rock y blues. Fue una catedral de sonidos y un incendio de vitalidad.

¿Quién dijo bostezos? Había leído que el concierto de Santiago de Compostela había acabado entre bostezos y pensé que se adentraría en la faceta más intimista, más acústica. Craso error. No hubo tiempo en la noche a las orillas del Ebro al más mínimo asomo de aburrimiento. Desde el principio dejó claro Ben Harper que venía a dejar huella de su talento con las guitarras. Y da igual que toque sentado con su “slide” que de pie o con una acústica. Da igual. Es puro talento.

Se ha hablado mucho y en balde, de si es el heredero de otros guitarristas clásicos. También da igual. Allí aparecieron los espíritus de Jimi Hendrix, de Gary Moore, de Lenny Kravitz, por separado y conjuntamente. Se había dicho también que, al cambiar de banda, se podía notar cierto alejamiento de sus discos mas conocidos. Pero la nueva banda (Relentless 7), no tiene nada que envidiar a los The Innocent Criminals.

Su último disco, “White Lies for Dark Times”, fue el esqueleto de la parte principal de su concierto. Pero hubo tiempo de varios bises y repasó sus principales éxitos como “Diamonds on the inside” que fue de lo mas coreado en la noche.

Desconozco qué pudo provocar los bostezos en su concierto de Santiago, pero aquí, en Zaragoza, dudo mucho que nadie de los miles de seguidores que estábamos allí, tuviese un amago de abrir la boca para expresar aburrimiento. Más bien todo lo contrario.

Previamente, estuvo la banda local Loner que pusieron la nota funky de la noche y el australiano Xavier Rudd que demostró sus dotes de multiinstrumentista y empezó a calentar la noche que, posteriormente, vimos arder con las guitarras de Ben Harper.

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